Los suelos pueden ser de diversos materiales, más resistentes o menos, pero es común que con el paso del tiempo se desgasten y pierdan su brillo, debido a la absorción de líquidos, a las pisadas continuas, a la colocación de muebles, al efecto del sol...
Por eso, es necesario llevar a cabo un mantenimiento cada cierto tiempo para conservar sus propiedades intactas.
El pulido y abrillantado es una forma de que el suelo mantenga el esplendor inicial, ya que termina con imperfecciones y con cualquier tipo de deterioro que haya aparecido.
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